miércoles, 12 de octubre de 2011

Alma


Tu cuchillo duele
Cuando lo apuñalas
Desesperadamente contra mi espalda
Destrozando cada pedazo de mi alma,
Que en mi poca quedaba,
Muchos se han llevado algo de ella
Y tristemente ninguno se da cuenta.
Pero tú….
¡Tú lo sabes!
Sabes que tu cuchillo me atraviesa
Y daña hasta el último punto de mi alma.
Y desesperadamente me apuñalas,
Y no me oyes gritar, tal vez…
Porque soy fuerte o
Eso es lo que quieren que crea,
Aunque ni la mitad sea cierto,
¡Soy más que débil!
Solamente que ya estaba muerta
¡Muerta en vida! ¡Pensaba y no actuaba!
Y mientras congelada, sin sentir más que una punzada,
Pensaba y susurraba…
Gracias.
¡Gracias!, por terminar con esto
Y llevarte los pedazos sobrantes,
Porque entre dolores y cortadas
Que desgastada estaba.
Pensar que sin ese cuchillo
Desolada yo estaba,
Porque con llantos y fracturas
Como me lastimaba.
¡Llévatela, llévate mi pedazo de alma!
Para que ya no sufra nada.
Para que el amor y la culpa
No trague mi aura,
Para que el llanto cese
Y mi dolor pare
¡Llévatela! ¿Para que sea?, ¡sea  una persona!
Persona que supera y no guarda,
Persona  a la que se quiere y ella no puede querer,
Una persona… ¿Cómo?
¡Cómo tú!
¡Sin dolor, preocupaciones
Ni angustia sin empatía por nadie o por nada¡
Y que sin embargo
Es imposible dejar de amar.

Cecilia Elizabeth Serrano Maldonado.

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